Barcelos es una ciudad portuguesa, en el distrito de Braga, en la Región Norte de Portugal con unos 60.000 habitantes en su núcleo principal.
El municipio de Barcelos recibió sus fueros de mano del rey Alfonso I de Portugal en 1140
El Palacio de los Condes de Barcelos es quizás el edificio más característico de Barcelos y clasificado como Monumento Nacional, y es lo primero que se avista al entrar en la ciudad a través del puente medieval sobre el río Cávado.
Se sitúa en un promontorio, junto a la Catedral y el Pelourinho, frente a un bonito jardín. Es un palacio-fortaleza de estilo gótico y fue construido en el siglo XV por Don Afonso hijo bastardo del rey Joao I, primer duque de Bragança y octavo conde de Barcelos, en el siglo XVIII fue abandonado llegando al estado actual de ruina.
Se mantienen en pie algunos de sus lienzos exteriores, y una curiosa chimenea única superviviente de las cuatro originales.
La visita es libre y gratuita. Dentro del recinto está instalado el Museo Arqueológico de Barcelos.
La leyenda del Gallo de Barcelos cuenta la historia de un peregrino gallego que salía de Barcelo camino de Santiago de Compostela, y que fue acusado de haber robado la plata a un terrateniente, por lo que fue condenado a la horca. Como última voluntad, pidió ser llevado por última vez ante el juez, que se encontraba comiendo un pollo asado. El peregrino le dijo que, como prueba de su inocencia, el gallo se levantaría y se pondría a cantar. El juez echó el plato para un lado e ignoró las palabras del hombre.
Sin embargo, en el preciso momento en que el preso estaba siendo ahorcado, el gallo se levantó y cantó. El juez, habiéndose dado cuenta de su error, echó a correr hacia la horca y descubrió que el gallego se había salvado gracias a un nudo mal hecho.
Según la leyenda, el gallego volvió años más tarde para esculpir el crucero del Señor del Gallo que ahora se encuentra en el Museo Arqueologico de Barcelos.

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